MAPFRE
Madrid 3,944 EUR -0,03 (-0,75 %)
Madrid 3,944 EUR -0,03 (-0,75 %)

SOSTENIBILIDAD | 25.11.2025

Educación financiera: motor de empleo, inclusión y reducción de desigualdades económicas

Thumbnail user

Un sistema financiero inclusivo permite que más personas accedan a productos y servicios financieros de manera segura, asequible y adaptada a sus necesidades. Esto ha demostrado ser eficaz para reducir desigualdades, generar empleo, apoyar comunidades más sostenibles y promover el crecimiento económico, al tiempo que se fomenta la estabilidad del sistema financiero.

Esta es la principal conclusión del informe Salud financiera: un enfoque de valor compartido para el sector financiero, elaborado por la Cátedra de Impacto Social de la Universidad Pontificia de Comillas.

La educación se consolida como un pilar fundamental para mejorar la inclusión financiera: permite a los individuos y hogares tomar decisiones más informadas, evitar situaciones de sobreendeudamiento y planificar con mayor seguridad su futuro económico.

A través de la educación financiera, los consumidores están «mejor informados» y «son capaces de seleccionar los productos o servicios mejor adaptados a su perfil de riesgo y necesidades», fomentando una mayor inclusión y estabilidad del sistema financiero

La salud financiera no solo es un resultado deseable, sino también un objetivo en sí mismo dentro de las estrategias de inclusión financiera. Su fortalecimiento contribuye tanto al bienestar individual como a la estabilidad del sistema financiero en su conjunto.

En los últimos años, el acceso al sector financiero ha mejorado en gran medida, aunque sigue habiendo barreras que impiden a la población tener una mejor salud financiera: habitantes de regiones incomunicadas, personas migrantes o sin hogar, personas mayores sin competencias digitales…

Los expertos recomiendan enfocarse en segmentos que, siendo vulnerables, presentan una fuente de ingresos que se puede canalizar a través del sistema financiero formal, analizar las necesidades específicas del colectivo y el modo más eficaz de darles respuesta, construir modelos ágiles y de bajo coste, y por último, establecer alianzas estratégicas para abrir nuevos canales de acceso.

El diseño de nuevos productos que se adapten a esos colectivos es clave. Pero, ¿de qué hablamos cuando nos referimos a productos inclusivos? En concreto, necesitan cumplir con estas cinco características:

  • Accesibilidad: la inclusión financiera debe garantizar que todas las personas, independientemente de su ubicación geográfica, nivel de ingresos o condición social, puedan acceder a servicios financieros adecuados y seguros.
  • Asequibilidad: los costos de los productos y servicios financieros deben ser razonables y transparentes, permitiendo que colectivos de bajos ingresos puedan utilizarlos sin que supongan una carga económica desmedida.
  • Flexibilidad: los productos financieros deben ajustarse a las necesidades y circunstancias de los usuarios, ofreciendo alternativas personalizadas que se adecúen a diferentes realidades económicas y sociales.
  • Seguridad: deben garantizar la seguridad de sus usuarios, ofreciendo soluciones confiables para custodiar el dinero en efectivo o reducir riesgos de pérdida o robo. En especial, los productos o servicios financieros digitales deben contar con medidas de ciberseguridad para proteger las transacciones y la información personal de los consumidores.
  • Simplicidad: las soluciones financieras deben ser fáciles de comprender y utilizar, con procedimientos claros y sin barreras complejas o burocracia que dificulte su adopción.

El acompañamiento y seguimiento posterior son fundamentales para identificar cualquier dificultad en el uso del producto, ofrecer el soporte oportuno y adaptar soluciones a las necesidades cambiantes de los usuarios. Y tener toda la información accesible se vuelve vital. Las empresas financieras han tomado nota y en los últimos años, han surgido multitud de iniciativas destinadas a mejorar la educación financiera de clientes, empleados y sociedad en general, con información disponible en distintos formatos. Por ejemplo, MAPFRE cuenta con un apartado de educación financiera y cultura aseguradora en su página web, con artículos, vídeos y pódcast sobre productos financieros, inversión, seguros y economía.

Los microseguros, la apuesta de MAPFRE para la inclusión en América Latina

Uno de los productos destacados por la Cátedra de Impacto Social en el informe son los microseguros. Pero, ¿en qué consisten exactamente? Los microseguros son productos de seguros diseñados específicamente para atender las necesidades de las poblaciones de bajos ingresos o personas con acceso limitado a ciertos servicios financieros, y son un producto muy popular en América Latina.

De hecho, MAPFRE cuenta con proyectos en todo el continente, y MAPFRE Na Favela es el ejemplo perfecto: la aseguradora se asocia con microfinancieras y retai­lers locales, con asesores que suelen ser miembros de la comunidad, conocen a la gente y pueden reforzar sus microcréditos con microseguros aso­ciados o independientes, por ejemplo al comprar una maquinaria. 

«La gran diferencia de MAPFRE na Favela ha sido entrar en contacto con el ecosistema de la favela para comprender las necesidades locales, y así aprender e integrar estas demandas específicas en su modelo de negocio. Escuchar al cliente es uno de los pasos principales en el proceso de desarrollo de un producto y eso es lo que hemos hecho”, destaca Fátima Lima, directora de Sostenibilidad de MAPFRE Brasil. 

Ahora, estas líneas de microseguros o seguros accesibles se expanden también a México, Colombia, Perú y Centroamérica, con idea de llegar a todos los países de la región. La cobertura se aplica a cualquiera de esos imprevistos que siempre salen caros para economías que, a menudo, viven al día, como un robo, una enfermedad, un accidente laboral, un fenómeno climático o el fallecimiento de un familiar.

“Una de las características más innovadoras del proyecto es una herra­mienta educativa pionera que ha desarrollado junto a su socio tecnológico, Empatía, que consiste en un asisten­te de inteligencia artificial a través de WhatsApp que permite a los asesores aclarar cualquier duda, suya o del clien­te, incluso en tiempo real, y como resultado de todo ello, agilizar la comercialización de estos productos”, indica Gregorio Rodríguez, director corporativo de Proyectos Especiales de MAPFRE. 

Estas iniciativas demuestran cómo la colaboración con comunidades locales, la adaptación a necesidades específicas y el uso de tecnología innovadora pueden transformar el acceso al sistema financiero, reduciendo desigualdades y fomentando la sostenibilidad. A medida que se fortalecen estas estrategias, el impacto positivo no solo se refleja en la vida de los individuos, sino también en la estabilidad y crecimiento del sistema financiero en su conjunto.

 

ARTICULOS RELACIONADOS: